Catálogo de Cinespañol

El sevillano Melchor Rodríguez García, exnovillero, anarquista de la CNT-FAI, salvó a miles de personas de derechas en la Guerra Civil. Sin embargo, su talla humana -un paradigma en medio de aquel conflicto fraticida- no es conocida por el gran público. Fue nombrado Delegado especial de prisiones durante el mandato del anarquista García Oliver en el Ministerio de Justicia. Desde su puesto, a finales de 1936, detuvo las sacas de las cárceles madrileñas y los “paseos”, jugándose en numerosas ocasiones la vida. Tras el golpe del coronel Casado, tuvo que entregar Madrid a las tropas franquistas como concejal y último alcalde de la república. A pesar de su humanitaria actuación, fue juzgado por los vencedores y condenado a 20 años de cárcel, de los que cumplió cinco. Su entierro, en 1972, congregó a anarquistas y miembros del régimen en un caso único en la historia española. Tal y como él decía, “se puede morir por las ideas, nunca matar”.

Melchor Rodríguez García, a former bullfighter from Seville, was an anarchist and member of the CNT-FAI who saved the lives of thousands of right-wing people during the Spanish Civil War. Yet his life story and exemplary approach in the context of that deeply divisive conflict is little known among the general public. Melchor Rodríguez was appointed Commissioner for Prisons under the anarchist Minister of Justice, García Oliver. In late 1936, still in this post, he prevented the illegal removal, kidnapping and execution of prisoners from Madrid jails, endangering his own life on numerous occasions. Later, as a city councillor and last republican mayor of Madrid, he was in charge of handing the city to General Franco´s troops after Colonel Casado´s military coup. Despite his humanitarian actions, Rodríguez was tried by the victors and condemned to 20 years´ imprisonment, of which he served five. As he put it, “you can die for your ideals but never kill for them.”